El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, ha insistido este martes a sus socios de la comunidad internacional en que reconozcan «de inmediato» al grupo ruso de mercenarios Wagner como organización terrorista por su papel en diversos conflictos en todo el mundo.
Kuleba ha señalado que Ucrania es quien «más sufre las actividades delictivas de Wagner», por lo que hacen suyas también la denuncia de varios países africanos, que ya han advertido de la «importantes amenaza que supone para su seguridad», después de que se haya confirmad la presencia del grupo en varios países del Sahel.
«Debemos reconocerlos de inmediato como una organización terrorista», ha exhortado el ministro Kuleba durante una sesión informativa este martes. «No solo están asaltando Bajmut y destruyendo por completo una gran ciudad industrial, sino que cuentan con cada vez mayor presencia en los Estados africanos», ha denunciado.
«Los mercenarios rusos están ayudando a la junta militar en Burkina Faso. A cambio de ayuda militar, Wagner ha recibido el permiso para explotar yacimientos de oro en las zonas fronterizas con Ghana», ha asegurado.
Kuleba ha manifestado que la presencia de Wagner en África es la forma que Rusia tiene de «socavar» los instrumentos regionales del continente para contrarrestar el yihadismo, esgrimiendo que tras la llega del grupo a Malí, la junta militar de ese país abandonó los Cinco del Sahel, una iniciativa para luchar contra el terrorismo.
«La intervención rusa está retrasando las perspectivas de restaurar el estado constitucional en Malí y Burkina Faso y desestabilizando todo África Occidental», ha acusado Kuleba, para quien la estrategia de Wagner es clara: aprovecharse del caos en la región para saquear sus recursos y luego usar los beneficios para financiar la guerra de Ucrania.
«Esa es la conexión entre la extracción de oro por parte de Wagner en África y las hostilidades conducidas por este grupo terrorista en territorio ucraniano», ha relacionado un Kuleba, quien también ha exigido mayor presión sobre estos gobiernos africanos que permiten la presencia de mercenarios rusos en sus asuntos internos.
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