Al menos dos civiles han muerto y tres han resultado heridos por un ataque con bombas de la milicia Movimiento 23 de Marzo (M23) en el territorio de Rutshuru, epicentro de sus combates con el Ejército congoleño en la provincia de Kivu Norte, en el noreste de República Democrática del Congo, que han generado un éxodo de desplazados.
Las milicias lanzaron el ataque en la localidad de Kibirizi después de que las «fuerzas de autodefensa juvenil» conocidas como los Wazalendo les obligaran a retirarse de sus posiciones en la zona.
Las bombas arrojadas por los milicianos, denuncian fuentes de seguridad a Radio Okapi, destruyeron además cuatro domicilios de la localidad.
Poco después, el notable local Isaac Kibira, confirmó que el ataque del M23 tuvo lugar el sábado por la tarde, horas después de que «los Wazalendo controlaran el pueblo».
Sin embargo, el M23, «aprovechando una posición estratégica», consiguió arrojar las bombas contra los domicilios, de acuerdo con Kibira, quien ha indicado que parte de la población ha tenido que escapar de sus hogares.
«Pedimos al Gobierno que obligue al M23 a abandonar esta zona para salvar las vidas de los civiles que se encuentran en el fuego cruzado de los beligerantes», concluyó Kibira en declaraciones recogidas por Radio Okapi.
El M23 es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia de Kivu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, RDC y el grupo firmaron en diciembre un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército congoleño contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que provocó una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto y ha provocado preocupación en la región ante la posibilidad de que estalle un conflicto entre ambos países.