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Un proyecto que redefine la forma de experimentar las mandarinas, Lucía y Cía.

Por Redacción

En el corazón de Castellón, dos jóvenes y apasionados emprendedores han dado vida a Lucía y Cía., un proyecto que redefine la forma de experimentar las mandarinas. Más que una fruta, cada mandarina es el resultado de un compromiso inquebrantable con la frescura, la calidad y la tradición agrícola.

Variedades frescas, proceso único

En las tierras de Nules, conocido como la cuna de las Clementinas, surge el proyecto de Lucía y Cía., donde la tradición y la calidad se entrelazan. La historia cuenta que en 1953, el sitio fue cuna de una variedad excepcional de mandarina, la Clemenules, a partir de una mutación espontánea en un árbol de Clementina Fina.

Para Lucía y Cía. los campos no solo son un lugar de cultivo, sino también un escenario donde la historia y el arte se entrelazan. La promesa de mandarinas 100 % frescas no es un eslogan vacío para Lucía y Cía. Con hasta 8 variedades distintas, cada fruta es recolectada bajo pedido, permitiendo que complete su proceso de maduración en el árbol.

Esta práctica exclusiva evita el uso de cámaras frigoríficas, preservando la autenticidad y el sabor original de cada mandarina. En cada bocado, se experimenta la esencia pura de la fruta, cultivada con pasión y respeto por la tradición.

Entrega rápida y tradición en cada mandarina

La frescura de Lucía y Cía. no solo reside en la calidad de sus mandarinas, sino también en su compromiso con una entrega rápida y eficiente. Los pedidos realizados de lunes a jueves antes de las 15 h se entregan en 24 horas en cualquier rincón de la España peninsular y con envío gratuito. Este enfoque logístico asegura que las mandarinas lleguen a la puerta de los clientes en su punto perfecto de frescura.

Además, la ubicación estratégica de los campos en Nules, Castellón, agrega un toque de tradición a cada mandarina. En el Mas de Lucía, una finca con raíces que se remontan a principios del siglo pasado, la agricultura se entrelaza con eventos especiales como bodas y banquetes. Comer una de sus mandarinas es más que una experiencia gastronómica; es un viaje directo a los huertos del Mas de Lucía.

Cada mandarina de Lucía y Cía. no solo representa una explosión de frescura; es un testimonio de la dedicación para proporcionar la mejor experiencia. No pasar por cámaras frigoríficas asegura que cada fruta mantenga su sabor auténtico, haciendo que cada bocado sea una invitación a explorar sus huertos soleados. La calidad no es solo un estándar; es un compromiso arraigado en la tierra y cultivado con cada cosecha.

En cada mandarina de Lucía y Cía., se descubre más que una fruta fresca; se encuentra una conexión directa con la pasión por la agricultura y el respeto por la tierra. El compromiso de proporcionar mandarinas 100% frescas no solo se mantiene, sino que alcanza nuevas alturas.

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