El piloto neerlandés Max Verstappen y su equipo Red Bull son los rivales a batir en el Gran Premio de Arabia Saudí, segunda prueba del Mundial agitado por la polémica y que se disputa en el circuito de la Corniche de Yeda, donde Ferrari anhela confirmar su progreso respecto al año pasado después de un primer podio de Carlos Sainz, mientras Fernando Alonso espera mejorar su estreno algo descafeinado como quinto coche de la parrilla.
El primer fin de semana de la temporada despejó las pocas dudas que rodeaban a la parte delantera del Campeonato. Y Red Bull, con su renovado y agresivo RB20, no defraudó, con un Verstappen que dominó de cabo a rabo y de manera aplastante la carrera en Baréin, con un colchón al finalizar la carrera de 22 segundos sobre su compañeros de equipos, el mexicano Sergio Pérez.
El vigente campeón no dio opciones a sus teóricos perseguidores imponiendo desde el primer giro un ritmo imbatible que hizo recordar al Verstappen intratable de las dos últimas temporadas. El ‘robot’ ha vuelto más fuerte, preciso y, parece, con la voracidad intacta.
Sin embargo, son los asuntos extradeportivos, como la polémica que rodea al jefe de equipo de Red Bull, Christian Horner, y que podría provocar la salida de ‘Mad Max’, los únicos que afectan negativamente a la idílica y exitosa relación entre el neerlandés y los ‘energéticos’. Y es que el padre del piloto, Jos Verstappen, estaría presionando para que Horner salga, algo que si no ocurre acabaría con el campeón fuera del equipo, quizá rumbo a Mercedes, que pierde a Lewis Hamilton en 2025.
El británico pone rumbo a Ferrari el año que viene, escudería que inauguró el Mundial con el primer podio, obra de Carlos Sainz, tercero en Sakhir y capaz de acercarse al ritmo del Red Bull de ‘Checo’ Pérez. El primer paso en Baréin del ‘Cavallino Rampante’ fue prometedor, con un piloto madrileño –suma un tercer puesto en Arabia– sin equipo para 2025, pero que se mostró ambicioso y con colmillo.
Gracias también a un SF-24 que ataca a sus rivales y que está más cerca que nunca en los últimos años de los austriacos. Yeda será un examen diferente al de Sakhir para conocer si la dirección tomada en invierno en Maranello fue la correcta para seguir la estela de Red Bull, cuyo dominio es significativo –ganaron en Arabia en 2022 (Verstappen) y 2023 (Pérez)–, aunque la brecha no parece insalvable. La buena noticia para los italianos es que también el monegasco Charles Leclerc acabó cuarto en Baréin, con mucha ventaja sobre los Mercedes.
La escudería alemana dio buenas sensaciones en el test de pretemporada, pero en Sakhir no tuvieron el ritmo esperado, aunque se confirmaron como el tercer coche del Mundial. Un sólido primer paso para construir su vuelta a la parte delantera y luchar por victorias. George Russell acabó quinto, por delante de Lando Norris (McLaren) y su compañero Hamilton, mientras Oscar Piastri fue octavo.
Ambas escuderías arrancaron parejas el Mundial y pelearán también en Yeda por ser el tercer coche o incluso alcanzar a unos entonados Ferrari. Hamilton fue el primer campeón en el trazado de Arabia Saudí en 2021, un resultado que parece poco probable que pueda repetir en su último año en las ‘flechas plateadas’.
Por detrás de ellos se encuentra Aston Martin, que ha dado un paso adelante en 2024, aunque no lo suficiente potente para sorprender como el año pasado. Alonso tuvo que conformarse con un noveno puesto en Sakhir, obligado ahora a no perder más comba de los Mercedes y McLaren, rivales actuales en la carrera por ser la alternativa a la cabeza.
El asturiano, campeón del mundo en 2005 y 2006, vuelve a un trazado en el que corrió con Alpine en 2021 y 2022, sin resultados positivos, mientras que el año pasado disfrutó de sus segundo podio de la temporada. Repetir cajón es una utopía, mientras en la escudería de Silverstone siguen con su ambición de no perder terreno y darle a Alonso un coche competitivo.
Como Baréin, el GP de Arabia Saudí se adelanta y su carrera nocturna se disputará en sábado, con motivo del ramadán, que comienza este domingo. Los 20 pilotos deberán completar los más de 300 kilómetros de la prueba en un circuito urbano de Yeda de más de seis kilómetros y 50 vueltas.
El Circuito de la Corniche cuenta con 27 curvas, pero solo 6 puntos de frenada. La velocidad punta será clave, con una media alta de unos 242 km/h, y con tres zonas de DRS y una larga recta de meta para intentar rebasar a los oponentes. Su carga aerodinámica es similar a la de trazados como los de Monza o Spa. Se esperan rachas de viento de 35 km/h y una temperatura para al carrera que rondará los 25ºC.