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Will Smith se arrepiente haber convertido a sus hijos en celebrities

Por Redacción

Corría el año 2010, el mundo era joven, y los hijos de Will Smith parecían haberse convertido en los preadolescentes más famosos del mundo. 

Así, mientras Jaden Smith (12 años por entonces) debutaba como actor principal en aquel remake de Karate Kid, su hermana pequeña Willow Smith se llevaba a casa un disco de platino con su canción Whip My Hair. Ambos chavales habían dado ya sus primeros pasos en Hollywood bajo el ala de su padre (él, con En busca de la felicidad -2006-, ella con Soy leyenda -2007-) y todo les auguraba carreras rutilantes. 

Ahora, 13 años después, el perfil mediático de Willow y Jaden es mucho más bajo. Y, en una conversación con Kevin Hart, su padre se declara arrepentido de haber tratado de convertirles en celebrities a toda costa. Reconociendo, además, que tuvo que pagar un precio muy alto por ello. 

«2010 fue algo así como el año más grande como artista, como padre», explica el actor. «Karate Kid se estrenó en junio, Whip My Hair salió en octubre. Estaba construyendo el sueño de la familia que tenía en mi cabeza».

En estos planes tan ambiciosos, añade Smith, tenía mucho que ver la carga de su propio pasado, bajo el lema «Voy a hacerlo mejor de lo que lo hizo mi padre». «Ya hemos hablado de ello: mi padre era un abusador… Me dije a mí mismo que nunca tendría esa clase de energía con mi familia, y tenía un sueño, una idea de la familia que estaba construyendo. Entre 2010 y 2012 había logrado todos mis sueños. Había superado mis sueños más salvajes». 

Sin embargo, Will Smith no tardó en darse cuenta de que estaba portándose más que un manager que como un padre. Y que, a consecuencia de esa obsesión, sus lazos familiares se estaban resintiendo. 

«Nadie era feliz en mi familia. Nadie quería ser el miembro de un pelotón. Willow fue la primera en amotinarse, y esa fue la primera vez que me di cuenta de que el éxito y el dinero no equivalen a la felicidad», recuerda. «Hasta ese momento, realmente creía que podías tener éxito a tu manera, tener una casa y una familia, y que podías ganarte tu camino a la felicidad». 

Smith no habla de cómo se tomó Jaden los resultados de After Earth, la película de M. Night Shyamalan que protagonizó junto a su padre y que se tradujo en un fracaso monumental de público y crítica. Pero, anécdotas aparte, la moraleja estuvo muy clara. 

«Puedes tener tantas cosas que eso te hace desgraciado», recuerda hoy Will Smith. «Aquel fue mi primer planchazo, y me quedé en plan: ‘Vale, ¿qué es lo que me estoy perdiendo?’. Entonces fue cuando empecé a leer psicología y su relación con la felicidad humana». 

«Nunca fui infeliz, amaba la vida», resume. «Pero estaba dirigiendo a la gente que me rodeaba de una manera que dejaba un rastro de tierra quemada». 

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